This website isn’t supported by Internet Explorer. We recommend that you use a different browser (e.g. Edge, Chrome, Firefox, Safari, or similar) for the best experience of our content.
15.02.2024 | Guardar contenido Eliminar de contenido guardado Me gusta Quitar Me gusta

en los años 70 y 80, la telemedicina comenzó a utilizar la telefonía para brindar consultas y asesoramiento médico a los pacientes.

a medida que avanzaba la tecnología, se comenzaron a utilizar sistemas de videoconferencia para permitir la interacción entre médicos y pacientes de manera más cercana.

con la popularización de internet, la telemedicina se expandió y se pudo proporcionar servicios médicos a través de plataformas en línea, como videoconsultas, monitoreo remoto de pacientes, entre otros.

con la llegada de los teléfonos inteligentes y las aplicaciones médicas, los pacientes pueden acceder a servicios médicos a distancia de una manera más conveniente y accesible.

En el campo de la telemedicina, existen varias tecnologías y plataformas que pueden utilizar para ofrecer atención médica remota a pacientes. Estas herramientas van desde simples videoconferencias hasta sistemas de gestión de historias clínicas electrónicas.

 

Las videoconferencias son una forma básica de telemedicina y permiten a médicos y pacientes comunicarse a través de videollamadas. Estas soluciones suelen ser fáciles de usar y no requieren una infraestructura tecnológica complicada. Sin embargo, es importante asegurarse que la plataforma utilizada cumpla con los estándares de seguridad y confidencialidad necesarios para proteger la privacidad del paciente.

 

Además de las videoconferencias, también pueden utilizar sistemas de gestión de historias clínicas electrónicas. Estas herramientas permiten al equipo de profesionales de la salud acceder a los registros médicos de los pacientes de forma remota, lo que facilita el seguimiento y la revisión de la historia clínica. Es importante que estos sistemas sean seguros y cumplan con las regulaciones de privacidad de datos, como el cumplimiento de HIPAA en los Estados Unidos.

 

Al elegir una plataforma de telemedicina, es importante considerar varias características y requisitos. Por ejemplo, la plataforma debe ser fácil de usar tanto para médicos como para pacientes. También debe permitir la transmisión de imágenes y datos médicos necesarios para el diagnóstico y la atención remota. La seguridad y la confidencialidad son aspectos cruciales, por lo que la plataforma debe cumplir con los protocolos de encriptación y proteger la privacidad de los datos del paciente.

 

Además, es recomendable elegir una plataforma que pueda integrarse con otros sistemas y herramientas utilizadas en el consultorio médico, como sistemas de facturación y programación de citas. La automatización de la conexión de todos estos datos y las acciones implementadas con cada paciente facilitará el flujo de trabajo y la gestión de la atención médica remota, haciéndola más rápida y precisa.

 

Pautas y recomendaciones para médicos en el ámbito de la telemedicina

Entre las pautas y recomendaciones a seguir por el equipo de salud al llevar a cabo consultas y seguimientos a distancia en el ámbito de la telemedicina, se incluyen:

Mantener una relación de la misma calidad y respeto que en una consulta presencial, tanto desde la personalización de la atención, como en relación al abordaje científico de la praxis del caso.

Sostener una comunicación clara y efectiva con la persona que solicita atención médica virtual. Ser concisos, utilizar un lenguaje claro y evitar jergas médicas. También es importante establecer empatía y asegurarse de que la persona atendida tenga la oportunidad de hacer preguntas y expresar sus preocupaciones..

Cumplir con protocolos que definan los criterios de inclusión de pacientes conjugándolos con la asistencia personalizada, conforme corresponda.

Seguridad y privacidad de los datos: se deben implementar medidas de seguridad adecuadas para proteger la confidencialidad y privacidad de los datos durante las consultas y seguimientos a distancia. Esto incluye el uso de plataformas seguras de telemedicina, la protección de contraseñas y el cumplimiento de normas de privacidad y protección de datos.

Obtención de consentimiento informado: Al igual que en las consultas presenciales, se debe obtener el consentimiento informado antes de iniciar cualquier procedimiento o tratamiento. Esto implica explicar al paciente los beneficios y riesgos de la telemedicina, así como obtener su consentimiento explícito para llevar a cabo la consulta a distancia.

Valoración de signos y síntomas a través de la telemedicina: Aunque la telemedicina no permite una evaluación física directa, existen herramientas y técnicas que pueden ayudar a evaluar los signos y síntomas del paciente de manera remota. Se pueden utilizar cuestionarios específicos, solicitar al paciente que realice ciertas acciones o examinarse a sí mismo en tiempo real a través de la cámara.

Todo integrante del equipo de salud que intervenga en actividades no presenciales de telemedicina y teleconsulta debe contar con una formación previa que los capacite en la herramienta, procesos, protocolos y sistemas que utilizarán, como también en competencias de comunicación virtual y conocimientos de la transformación digital.

Mantenimiento de documentación adecuada: Es esencial documentar adecuadamente todas las consultas y seguimientos realizados a través de la telemedicina. Esto implica mantener registros precisos de la historia clínica del paciente, los diagnósticos, los tratamientos recomendados y cualquier otra información relevante. Esta documentación es importante tanto para el seguimiento del paciente como para fines legales y de responsabilidad médica.

Evaluación y seguimiento continuo: Es importante que se lleve a cabo una evaluación continua de la efectividad de la telemedicina en sus prácticas clínicas. Esto implica recopilar comentarios de los pacientes, evaluar la calidad de las consultas virtuales y realizar ajustes en los procedimientos según sea necesario, con el fin de mejorar la experiencia de atención del paciente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) han establecido varias directrices generales en materia normativa y regulatoria de la telemedicina. Estas directrices incluyen:

 

Acceso equitativo: la telemedicina debe estar disponible y accesible para todas las personas, sin importar su ubicación geográfica, nivel socioeconómico o capacidad física.

 

Calidad y seguridad: la telemedicina debe cumplir con los mismos estándares de calidad y seguridad que la atención médica tradicional. Esto implica la necesidad de utilizar tecnologías y procesos que garanticen la confidencialidad, integridad y disponibilidad de las comunicaciones y datos de los pacientes.

 

Marco legal: es necesario establecer un marco legal claro y consistente para la telemedicina, que aborde cuestiones como la responsabilidad de los profesionales de la salud, la protección de datos personales y la prescripción de medicamentos a través de plataformas digitales.

 

Capacitación y formación: los profesionales de la salud deben recibir capacitación específica en el uso de tecnologías de telemedicina y desarrollar habilidades para brindar atención remota de alta calidad.

 

Cooperación internacional: es importante promover la cooperación entre los países para compartir mejores prácticas, estándares y capacitación en telemedicina, con el objetivo de mejorar la atención médica a nivel global.

 

Estas directrices son solo algunas de las principales recomendaciones establecidas por la OMS y la UIT. Sin embargo, es importante destacar que la normativa y regulación de la telemedicina puede variar entre países y regiones, por lo que es necesario considerar las políticas específicas de cada lugar.

 

En Argentina, se aprobó el proyecto de ley nacional sobre los principios y alcances de la telemedicina el 15 de octubre de 2021, con el objetivo principal de regular el uso de tecnologías de la información y comunicación en el ejercicio de la medicina a distancia. En el marco de la ley anteriormente mencionada, dentro del Ministerio de Salud de la Nación se creó una coordinación de telesalud que tiene como misión, desarrollar e implementar una política pública a nivel nacional y federal de tele salud, mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), bajo estándares de interoperabilidad, seguridad y privacidad de la información, como una medida de equidad en el acceso a la salud de los habitantes de la Nación, reduciendo la sobrecarga del sistema sanitario. Esta ley establece que el profesional que interviene deberá contar con los medios tecnológicos necesarios para que los datos derivados del proceso asistencial al paciente sean comprensibles para que los ordenadores puedan interactuar entre ellos. Las tecnologías deben estar sometidas a evaluaciones técnicas, sanitarias y legales vigentes para su uso en telemedicina. Asimismo, deberán cumplir con los estándares mínimos de calidad para sistemas de información en salud, normas y protocolos de seguridad y ciberseguridad internacionales para la protección de la información.

Conclusiones