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15.02.2024 | Guardar contenido Eliminar de contenido guardado Me gusta Quitar Me gusta

En realidad, la telemedicina es válida para todas las especialidades. No existen restricciones para su uso con respecto a especialidades, lo que es importante evaluar es la forma en que se utiliza esta herramienta. Al contrario de lo que muchos piensan, incluso profesionales de la salud en áreas donde las consultas son más visuales, pueden utilizar la telemedicina.

 

Es que la telemedicina ofrece una serie de beneficios importantes para la atención médica, y estos beneficios se aplican en mayor o menor medida a las diversas especialidades. En primer lugar, brinda acceso a la atención médica a personas que viven en áreas remotas, aunque con acceso a tecnología de la comunicación, donde pueda ser difícil encontrar especialistas o servicios médicos. En estas situaciones, la telemedicina permite a los pacientes acceder a expertos médicos sin necesidad de viajar largas distancias. Esto es especialmente relevante en donde el diagnóstico, la supervisión y el tratamiento pueden hacerse efectivamente a través de imágenes o análisis remotos.

 

Además, la telemedicina puede proporcionar una mayor eficiencia en la atención médica. Al eliminar la necesidad de traslados de pacientes y visitas presenciales, se puede reducir el tiempo de espera y aumentar la disponibilidad de los médicos. Esto beneficia a especialidades como la psiquiatría, donde muchas veces se necesita una importante inversión de tiempo y recursos para acceder a la atención especializada. Asimismo, en especialidades como la fisioterapia, donde gran parte del tratamiento se basa en ejercicios y consejos, la telemedicina puede facilitar la continuidad del tratamiento y el seguimiento del progreso del paciente. Del mismo modo, es particularmente útil para facilitar el acceso a una primera consulta con médicos generalistas, de familia o de clínica médica, para la consulta de situaciones leves o no urgentes.

 

Además de brindar acceso y eficiencia, la telemedicina puede mejorar la coordinación y el intercambio de información entre diferentes especialidades médicas. Los médicos de diferentes disciplinas pueden colaborar y compartir sus conocimientos y experiencias en tiempo real a través de videoconferencias y plataformas de telemedicina. Esto es particularmente relevante en situaciones de emergencia, como en la atención a pacientes con derrame cerebral o traumatismos graves, donde la rápida coordinación entre diferentes especialidades puede marcar la diferencia en los resultados.

 

Sin embargo, es importante reconocer que la telemedicina también tiene sus limitaciones y desafíos. No todas las especialidades médicas pueden adaptarse fácilmente a esta modalidad de atención. De hecho, las consultas médicas que requieren examen físico o procedimientos menores tienen mayor probabilidad de ser realizada en persona. Lógicamente, en cirugía, donde se requiere una precisión y un control preciso de técnicas quirúrgicas complejas, la telemedicina actualmente tiene limitaciones significativas. A pesar de los avances en la tecnología, no es posible replicar completamente la experiencia y habilidades necesarias para llevar a cabo una cirugía a distancia.

 

Además, en algunas especialidades, como la medicina de emergencia, la evaluación física del paciente es fundamental y no se puede realizar de manera adecuada a través de una consulta virtual. En estos casos, la telemedicina puede ser utilizada para brindar orientación inicial, pero no puede reemplazar totalmente una evaluación exhaustiva y un tratamiento presencial.

 

A modo de síntesis sobre las especialidades que en la actualidad más usufructúan esta modalidad de atención, un reporte de la plataforma Doximity de Estados Unidos, que reúne a más de 2 millones de profesionales de la salud, indica que, en orden decreciente, las especialidades con mayor adopción de telemedicina fueron: radiología, psiquiatría y medicina interna.

 

En particular, medicina interna y medicina de familia, son especialidades que abarcan una amplia gama de condiciones y enfermedades, lo que hace que la telemedicina sea una herramienta muy útil para el seguimiento de pacientes con enfermedades crónicas, consultas de rutina y manejo de cuidados primarios.

 

En psiquiatría y Psicología, la telemedicina es utilizada con frecuencia debido a la naturaleza de las consultas, que suelen implicar terapia y evaluaciones de salud mental, las cuales pueden llevarse a cabo de manera efectiva a través de videoconferencias o consultas en línea, lo que aporta mayor comodidad y accesibilidad a los pacientes.

 

En tanto que, en radiología, la telemedicina se utiliza para la revisión y análisis de imágenes médicas, lo que permite a los radiólogos colaborar con otros médicos y proporcionar 

diagnósticos más rápidos y precisos.

 

Por otra parte, una encuesta realizada en 2019 por la Asociación Médica Estadounidense (AMA) sobre 3500 médicos, poco más del 15% de los médicos trabajaban en prácticas que usaban telemedicina para interactuar con los pacientes, mientras que el 11,2% lo hacían para interactuar con otros profesionales de la salud. La misma encuesta determinó que las especialidades que más frecuentemente involucraban telemedicina para la atención de pacientes eran radiología (39,5%), psiquiatría (27,8%) y cardiología (24,1%), mientras que las que menos lo hacían eran obstetricia y ginecología (9,3%), gastroenterología (7,9%) y alergia/inmunología (6,1%). La cirugía también es una de las especialidades en las cuales menor incidencia tiene la telemedicina, ya que la que menor participación mayoría de los procedimientos quirúrgicos requieren una atención presencial y la necesidad de realizar intervenciones físicas en el paciente, lo que hace que la telemedicina sea menos aplicable en esta especialidad.

 

En cuanto a la interacción de una especialidad con otras especialidades, el uso de la telemedicina era mayor en emergentología (38,8%), patología (30,4%) y radiología (25,5%).

 

Conclusiones